miércoles, 15 de octubre de 2008

AGUA BENDITA


Un amigo sacerdote me aseguró que innumerables católicos, aun de los más instruidos, no saben para lo que sirve el agua bendita. ¡Es una lástima!
¡Por eso no se benefician con este precioso instrumento instituido por la Iglesia para ayudarlos en prácticamente todas las circunstancias y dificultades de la vida!
Hay varias formas de usarla. La más común es persignarse con ella.
Otra es aspergerla (salpicarla) sobre sí mismo, sobre otras personas, lugares u objetos.
Cualquier laico o laica puede hacer esto. Naturalmente, si lo hace un sacerdote es mucho mejor .
¿Para qué sirve?
Su efecto más importante es alejar al demonio, que 'ronda como león rugiente' ,
buscando toda especie de mal, como nos advierte San Pedro (I Pe 5,8). Los espíritus malignos, quieren ante todo inducirnos al pecado grave, . .
Además, el agua bendita es un sacramental que nos ayuda en todas los momentos de la vida , pidiendo la protección de Dios y que nos aumente la Fé .
El agua bendita, como todo sacramental, nos invita en las diversas circunstancias del día a invocar el socorro del Divino Espíritu Santo, para el bien de nuestra alma y de nuestro cuerpo.
Otro beneficio muy interesante y poco conocido: se la puede usar eficazmente en provecho de personas que se encuentran distantes de nosotros.
Y aun más, cada vez que la utilizamos para hacer la señal de la cruz por la intención de las almas del purgatorio, ellas son aliviadas en sus sufrimientos.
¿De dónde viene ese poder maravilloso?
Viene del hecho de ser un sacramental instituido por la Santa Iglesia Católica . El sacerdote bendice el agua como ministro de Dios, en nombre de la Iglesia y como su representante, seguro que nuestro Divino Salvador siempre la atenderá con benevolencia.
Es importante recordar que para que sea agua bendita debe ser bendecida por el sacerdote según el ceremonial prescrito por la Iglesia, en el 'Ritual de Bendiciones' y en el propio 'Misal Romano'.
Son hermosas y altamente significativas las oraciones para la bendición del agua. Por ejemplo, esta: Señor, Padre Santo, dirige tu mirada sobre nosotros, que redimidos por tu Hijo, hemos nacido de nuevo del agua y del Espíritu Santo en la fuente bautismal; concédenos, te pedimos, que todos los que reciban la aspersión de esta agua queden renovados en el cuerpo y en el alma y te sirvan con limpieza. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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