miércoles, 6 de mayo de 2009

SANTO DOMINGO SAVIO

PATRONO DE LOS MONAGUILLOS

ARQUIDIÓCESIS DE CÓRDOBA

ARGENTINA

SER MONAGUILLO

Escrito por Bosco
Jueves, 22 de Enero de 2009 22:05

Ser monaguillo es hacer un servicio importante a la comunidad cristiana.
Ser monaguillo nos acerca más a Jesús y nos hace vivir más su amistad.
Ser monaguillo nos enseña a vivir como cristianos.
Ser monaguillo, desde luego, vale la pena.
NO ES CUALQUIER COSA
Ser monaguillo no es una cosa cualquiera. Nosotros, los cristianos, nos reunimos todos los domingos para celebrar la eucaristía, la misa, que es el momento principal de nuestra fe. Y el monaguillo es aquel que ayuda a que la misa del domingo se celebre mejor, que todo esté a punto, que todos los asistentes puedan rezar y celebrar como es debido. Además de la misa del domingo, hay también otras celebraciones cristia¬nas, como la misa diaria, o los demás sacramentos, u otros momentos de reunión de la comunidad. El monaguillo, si se lo piden, ayuda también a estas celebraciones, para un mejor servicio a los que participan en ellas. Y están también, de un modo especial, los grandes días de fiesta: la Semana Santa y la Pascua, la Navidad, la fiesta mayor... En esos días, más que nunca, el monaguillo debe procurar con todo su esfuerzo y sus capacidades que las celebraciones tengan la solemnidad que les corresponde, y todo esté mejor preparado que nunca.

Ser monaguillo no es una cosa cualquiera. Porque con nuestra actuación, servimos y ayudamos a toda la comunidad de los cristianos. Como también la ayudan los que realizan otras tareas o ministerios: los lectores, los responsables de los cantos, etc. Y lo hacemos muy cerca de Jesús, muy cerca de la Palabra y de la Eucaristía que él nos dejó. Y así aprendemos, día tras día, a ser más amigos de él, más cristianos.

Ser monaguillo no es una cosa cualquiera. ¡Ser monaguillo es algo muy importante! Por ello, vale la pena que te prepares bien, que lo hagas lo mejor de que seas capaz, que quieras ser un buen modelo para todos los que te vean, que ames cada día más a Jesús y cada día más a toda la gente que tienes a tu alrededor.

LA MISA, LA REUNIÓN PRINCIPAL
La misa o eucaristía es la reunión principal de los cristianos, y la labor principal del monaguillo (también llamado acólito) es precisamente ayudar a la misa. Por ello, vale la pena conocer bien qué es y qué significa para nosotros esa reunión.

La misa nace en la Última Cena de Jesús. Jesús, antes de su muerte, celebró una cena de despedida con sus discípulos. Y allí, alrededor de la mesa, les repartió el pan y el vino diciéndoles que eran su Cuerpo y su Sangre. Aquel pan y aquel vino, aquel alimento tan humilde, era su presencia viva para siempre, para que viviesen siempre muy unidos a él. Y así, después de la resurrección de Jesús, sus seguidores comenzaron a reunirse cada domingo para escuchar la enseñanza de los apóstoles, para dar gracias a Dios, para repetir aquel gesto del pan y el vino, y para recibirle a él como alimento de vida eterna. Y esta celebración prosigue hoy. Nosotros seguimos reuniéndonos cada domingo para hacer lo mismo que hacían los primeros cristianos. En la misa nos reunimos todos, cantamos, rezamos y, sobre todo, ha¬cemos las dos cosas principales que los primeros cristianos hacían: primero escuchamos la enseñanza de las lecturas de la Palabra de Dios, y luego participamos de la gran plegaria de acción de gracias en la que el sacerdote que nos preside repite los gestos y las palabras de Jesús, con las que el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que todos recibimos como alimento. Y finalmente, volvemos a la calle, a nuestra vida de cada día, para vivir como Jesús nos enseñó.

Para ser un buen monaguillo... * Es importante que conozcas bien lo que es la misa y el sentido que tiene, así como también los demás sacramentos y celebraciones cristianas. Escucha atentamente todo lo que el sacerdote y los demás responsables te expliquen. * Y es importante, también, que conozcas y sepas todo lo que tienes que hacer en la misa y cuándo tienes que hacerlo. Si algo no lo has entendido bien, no dudes en preguntarlo. * Cuando estés en el altar, permanece siempre muy atento. Piensa que estás ante Jesús, y piensa también que estás delante de la gente. Si no estás atento, no harás bien lo que tienes que hacer, y encima distraerás a los demás. * Sé buen compañero de los demás monaguillos, y haz lo que te digan tanto el sacerdote como los demás responsables de la iglesia, para que haya buen clima entre todos y todo funcione correctamente. * Sé siempre puntual, tanto para llegar a la hora convenida antes de la misa o de las demás celebraciones, como en los días en que debáis reuniros para ensayar o para cualquier otra actividad. * Recuerda que la gente sabe que eres monaguillo y que ayudas en la celebración de la misa. Lo que significa que deberías ser un poco como un modelo para todos: sé siempre, en la calle, en casa, en la escuela, una chico o una chica servicial, alegre, con ganas de ayudar a todos del mismo modo que ayudas al sacerdote en la misa. * En definitiva, procura ser un buen cristiano, amando a Jesús y amando a los demás como él nos enseñó.

RECEMOS POR LA SANTIDAD DE LOS NIÑOS , ADOLESCENTES Y JÓVENES QUE PRESTAN DOMINGO TRAS DOMINGO SU SERVICIO EN EL ALTAR Y A LA COMUNIDAD QUE PERTENECE

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