martes, 8 de septiembre de 2009

CÓRODBA LLORA LA MUERTE DEL PADRE AGUILERA





Exequias del presbítero Héctor Zenón Aguilera
Unquillo (Córdoba), 8 Set. 09 (AICA)
Ultimo adiós al Pbro. Héctor Zenón Aguilera, creador de la Casa del Niño, en Córdoba (foto: La voz del Interior)

Una multitud formada por miles de personas dio, en Unquillo, su último adiós el sábado 5 de septiembre al presbítero Héctor Zenón Aguilera, creador hace 40 años de la Casa del Niño, una institución que en la actualidad alberga a más de 500 chicos y adolescentes. Allí, el cura cuidó, envió a la escuela y vio crecer, junto a sus colaboradores, a miles de chicos y adolescentes abandonados.

Hace poco más de una semana murió en Roma. El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, celebró la misa exequial en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, de Unquillo, a la que asistió el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti.

El padre Aguilera, que el 9 de noviembre cumpliría 80 años, había sufrido un ataque cerebro-vascular el 2 de junio en Turquía, adonde había viajado "gracias al regalo de un matrimonio amigo" para cumplir su sueño: "Hacer el Camino de San Pablo". Desde entonces permaneció en Roma, hasta que murió el 29 de agosto.

El embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, y el ministro de Desarrollo Social de Córdoba, Carlos Massei, tramitaron el traslado de su cuerpo a Córdoba. El sábado el sacerdote fue sepultado "transitoriamente en el cementerio de Unquillo", ya que su voluntad fue "descansar" en La Casa del Niño.

Su historia
El padre Aguilera nació el 9 de noviembre de 1930 en Villa Mercedes, San Luis, en el seno de una familia de 10 hermanos, cinco varones y cinco mujeres.

Su padre trabajaba como hachero del ferrocarril, pero luego decidió mudarse a Villa Dolores, Córdoba, para abrir una ferretería. El pequeño Héctor tenía 3 años cuando llegó con su familia al valle de Traslasierra, de ahí que él siempre se haya sentido más cordobés que puntano.

“Tengo recuerdos muy lindos de esa época en Traslasierra. Durante mi infancia salíamos de campamento con mi papá; en mi casa podíamos revolver, podíamos jugar. Íbamos a la escuela y, aunque no éramos los mejores alumnos, estudiábamos porque había un deseo de mantener contento a papá y agradecerle todo lo que él hacía por nosotros. Mamá vivió proponiéndonos a papá como un ejemplo de vida, nosotros aprendimos a quererlo por la figura e imagen que nos daba la mamá, y a ella por la figura e imagen que nos daba el papá”, contó el propio Aguilera en el libro La Casa.

El padre Aguilera fue ordenado sacerdote el 9 de septiembre de 1956, y celebró su primera misa en Villa Dolores el 15 de septiembre de 1956, el día de la Virgen de los Dolores. Luego fue trasladado a Capilla de los Remedios, donde se vio que su vocación era ayudar a la comunidad. En este pequeño poblado ayudó a fundar el colegio secundario y se preocupó para que los chicos asistieran a clases.

Posteriormente fue designado secretario privado del arzobispo de Córdoba, pero nunca se sintió cómodo en un lugar donde no pudiera estar en contacto con la comunidad, sobre todo con los sectores más necesitados. Así fue que le pidió al entonces arzobispo de Córdoba, monseñor Ramón Castellano, que lo destinara a un lugar donde pudiera desplegar su vocación.

Además de su labor sacerdotal, fue durante 23 años (1970-1993) rector del Instituto Secundario Hugo Wast. En 1965 fundó el Instituto Montevideo Secundario, y en 1973 el Colegio Primario Hugo Wast.

De 1983 a 1991 fue Asesor de Gabinete del Ministerio de Desarrollo de la Nación, en 1991 fue nombrado Subsecretario de Familia y Minoridad.

Su gran obra
En enero de 1970 una fuerte tormenta hizo temblar al pueblo de Unquillo. El arroyo creció y arrastró varias casas. Héctor Zenón Aguilera, que hacía poco días se había hecho cargo de la parroquia, se encontró con una familia de cuatro hermanitos a la que nadie quería ayudar, tal vez por la mala fama de la madre y porque el padre estaba detenido.

Cuando había pedido al arzobispo que lo trasladaran a un lugar donde pudiera ayudar a los más humildes, nunca pensó que eso se iba producir tan pronto. Nunca imaginó que aquel aguacero iba a ser el comienzo de su gran obra: la Casa del Niño de Unquillo.

Con la imagen de los cuatro pequeños embarrados y sin hogar, Aguilera se hizo la pregunta de su vida, aunque ya sabía la respuesta: “¿Qué hago acá? Y sentí los prejuicios. Al final decidí jugarme, que la caridad era jugarse y entonces los llevé a mi casa. Después le avisé a monseñor Primatesta y él me ayudó a continuar, asesorándome en la manera de contener a los niños. Al tiempo encontré a dos chicos más y el intendente Gustavo Centeno me trajo tres más y me ayudó a sostenerlos. Como cada vez llegaban más niños, monseñor Primatesta me escribió sobre una fotografía de dos manos unidas: ‘Que crezca según Dios’. Y así fue creciendo...”.

En un primer momento, el padre Aguilera albergó a los niños en la casa parroquial, hasta que su capacidad se vio superada. En la Navidad de 1972 recibió un gran regalo: su obra se iba a trasladar a la casona de la Comunidad del Monasterio de San José, perteneciente a las Carmelitas Descalzas.

Actualmente, la obra del padre Aguilera está compuesta por nueve casitas, más unas 35 casas ubicadas en distintos lugares: Unquillo, Río Ceballos, Candonga y Cuesta Blanca, que albergan a unos 500 niños. “Vivimos como vive cualquier familia numerosa. De eso puedo dar fe porque vengo de una familia de 10 hermanos”, así resumió el padre Aguilera su obra.

Bodas de Oro sacerdotales
El 9 de septiembre de 2006, cinco obispos concelebraron la misa de acción de gracias por las bodas de oro sacerdotales del padre Aguilera. La celebración, que tuvo lugar en la Casa del Niño, fue presidida por el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, y concelebrada por monseñor José María Arancibia, arzobispo de Mendoza; monseñor Roberto Rodríguez, obispo de La Rioja; monseñor Omar Félix Colomé, obispo de Cruz del Eje; y monseñor José Ángel Rovai, en aquella fecha obispo auxiliar de Córdoba, hoy obispo de Villa María. Concelebraron también los sacerdotes de la región de las Sierras Chicas.

Reconocimientos
El presbítero Héctor Zenón Olivera recibió el “Premio Konex 1996: Educación”. En 1981 recibió el Premio otorgado por la Unión Argentina de Protección a la Infancia del Conicef. Y en 1996 la Distinción Jerónimo Luis de Cabrera otorgada por la Municipalidad de Córdoba.+

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